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Durante un tiempo dirigió una famosa revista de humor.
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Un día Freddy la encontró sumergida en la lectura de una revista de humor vulgar.
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Sus primeros trabajos, de adolescente, los publicó la mítica revista de humor cordobés "Hortensia".
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Como monero Rius empezó en 1955 en la revista de humor Ja-Já, que no tiene nada que ver con las salchichas.
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Alsogaray dio una conferencia de prensa, y no sé por qué razón me invitaron a mí que dirigía una revista de humor.
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El ataque a una revista humorística tiene que ver con eso.
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Una mañana, junto con las cosas que regularmente les repartían, venía una revista humorística.
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Gerald Bone publicó traicioneramente una maliciosa reseña en la revista humorística "Punch".
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Sus inicios los vivió con la revista humorística Tía Vicenta.
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NUEVE Portada de la revista humorística El Jueves.
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A la... la redacción de la revista humorística.
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También publicó en los diarios moscovitas El Despertador, El Espectador, en la revista humorística Astillas, de San Petersburgo.
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Es una revista humorística en la que los septuagenarios actúan, cantan, bailan y se cambian de vestuario a un ritmo vertiginoso.
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Soames divisó también, por lo menos, un grupo de divertidos colegiales que bien pudieran haber sido organizados por una revista humorística juvenil.
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Súbitamente recordó la trampa "Esperanza", y decidió ir a ver; aunque no esperaba el éxito, sería mejor que la revista humorística.
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Sus caricaturas se publicaron en dos medios impresos de la época, hoy desaparecidos como el diario La Esfera y la revista humorística Fantoches.
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En el momento de entrar Sam, estaba con los codos apoyados en la barra y leía una revista humorística que tenía ante sí.
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Uno leía una revista humorística, otro iba extendiendo naipes para un solitario, un tercero escuchaba la radio, y el último se cortaba la uñas.
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Además, el número de suscriptores a la revista humorística creció en más de 13.000 el día después después del atentado.
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Algunos eran judíos de esos que yo hasta entonces solo había visto en los carteles nazis y en la repulsiva revista humorística de Albert Engström.
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¡Eso no lo decía en broma una revista humorística, sino que lo declaró el fiscal general de la Unión Soviética!